Para aquellas personas que están enfermas o limitadas por los años, la parroquia les brinda la posibilidad de ser visitadas periódicamente por los sacerdotes y por un grupo de personas en el que puedes participar.

La soledad y la enfermedad son situaciones especialmente duras que ponen a prueba nuestra fe, y que exigen de nosotros una respuesta a menudo heroica que, en el caso de los cristianos, supone vincularse conscientemente a la cruz de Cristo. Es precisamente en estas situaciones cuando más se necesita apoyo y cercanía afectiva, y fortaleza espiritual.
Consciente de ello, nuestra parroquia quiere ofrecer un acompañamiento cercano a cuantos enfermos o ancianos deseen ser visitados regularmente. Es una forma de hacer presente a Cristo en una situación de cruz, y de mostrar la preocupación de la Iglesia por los que sufren. Estas visitas se harán siempre con el consenso de las familias que viven con el enfermo o el anciano.
Naturalmente, estas visitas no van dirigidas solamente a las personas que se sienten cristianos o cumplen determinado requisito, sino que es un servicio para cuantos quieran recibirlo. El único límite es el de tener los voluntarios parroquiales para realizar ese servicio con las garantías de delicadeza y discreción.
Estas visitas, que tienen pleno sentido como acompañamiento humano y apoyo afectivo, están también abiertas a la oferta de los sacramentos; de manera que quien lo desee, y esté impedido, pueda recibir en su casa regularmente la confesión, la comunión sacramental y la unción de enfermos.
Si cualquier persona de nuestra parroquia desea recibir estas visitas o los auxilios de los sacramentos no dude en solicitarlo. Igualmente, sería de desear que quienes conozcan este tipo de necesidades informen al párroco de las mismas para que se pueda dar una adecuada respuesta.
Aquellas personas que estén interesadas en recibir este tipo de atención, y las que deseen colaborar en la misma, pónganse en contacto con el párroco.