Sencilla crónica de una parroquia que en su breve historia ya encierra multitud de entrañables acontecimientos fruto de la gracia de Dios y de su amor entre nosotros.

El comienzo
El 16 de noviembre de 1968, a las seis de la tarde, el Arzobispo de Madrid-Alcalá, D. Casimiro Morcillo, celebró en el madrileño barrio de Moratalaz la consagración de un nuevo templo, que se puso bajo la advocación de Nuestra Señora de la Merced.
El nombre de la parroquia fue deseo expreso de Manuel de la Quintana Fergusson, presidente de la empresa constructora Urbis que llevó a cabo la edificación, y en cuya representación asistió su gerente, Ramón García-Pelayo y de Trevilla.
Para la ocasión, el Ayuntamiento de Jerez regaló una talla de la Santísima Virgen de la Merced, Patrona de su localidad, realizada por el escultor Manuel Jesús Domecq González, que había sido costeada por suscripción popular entre los jerezanos. La escultura llevaba la corona conocida popularmente como «de calabaza», prestada por la comunidad mercedaria, así como la saya y el manto confeccionadas por las bordadoras del Colegio de «El Salvador», regentado por las Hijas de San Vicente de Paúl.
En el acto estuvo presente una nutrida representación de la Corporación municipal jerezana, encabezada por su Alcalde Miguel Primo de Rivera, acompañado de Javier López de Carrizosa, Carlos González Rivero, Salvador Díez Lacave, Antonio Pérez de Cos, Antonio Morenés Medina, Juan Bautista Girona, Antonio Camacho Molina y el secretario general del Ayuntamiento Salvador Salvago Mora.
Los actos comenzaron al mediodía con una recepción en las oficinas centrales de la inmobiliaria Urbis, presidido por Manuel de la Quintana, a la que siguió un almuerzo asistiendo entre otras muchas personalidades el Alcalde de Jerez, Miguel Primo de Rivera; el comendador de la Basílica de Nuestra Señora de la Merced de Madrid, padre Cid; el consejero nacional y secretario de las Cortes, Sancho Dávila, el también procurador de las Cortes y miembro de la Esclavitud de Caballeros de la Merced, José Bohórquez y el director de La Voz del Sur, Alejandro Daroca de Val.
Al final del almuerzo, el señor de la Quintana se dirigió a los presentes y, después de unas sinceras palabras, hizo entrega de la llave de oro de Moratalaz a la Corporación jerezana y al Prior de la Basílica de la Merced, manifestando a éste que guardara la llave en depósito, hasta que fuera a Jerez para depositarla de manera solemne a los pies de la Virgen de la Merced. Finalizó el almuerzo con unas palabras del Alcalde de Jerez y el Comendador Mercedario. Después los comensales se dirigieron al barrio de Moratalaz donde los señores de la Quintana y García-Pelayo les explicaron el proyecto, recorriendo el grupo escolar, mercado de abastos y otras zonas importantes.
A las seis de la tarde comenzó la ceremonia solemne de la bendición del templo con intervenciones de los señores de la Quintana, el Arzobispo Morcillo, Primo de Rivera y, por último, el párroco, quien pronunció unas palabras de gratitud a los presentes y entregó como recuerdo una placa de plata al Alcalde, al Arzobispo, al presidente de Urbis y al arquitecto del templo.
Acto seguido se procedió por parte del Arzobispo a la consagración del templo oficiando una misa concelebrada por los ocho sacerdotes de las otras parroquias de Moratalaz y el comendador de la Merced de Jerez. Una vez concluida la misa se procedió a la bendición de la Virgen de la Merced, obra del escultor Manuel Jesús Domecq, así como de una imagen del Cristo de Lepanto realizada por Federico Maret.
En el mismo acto se estrenó un himno a la Virgen de la Merced de Moratalaz con música del maestro Francisco Navarro Ortega y letra de Rodrigo de Molina.
Bodas de oro
Con todos los permisos, con los papeles en regla, con las cartas de unos y otros sobre la mesa, y con los corazones abiertos y generosos, en el año 2018 se celebraron los cincuenta años de nuestra parroquia.
Después de exactamente cincuenta años y un mes, se cuadraron las cuentas de generosidad entre la Basílica menor de Nuestra Señora de la Merced de Jerez de la Frontera, encomendada a la Orden Mercedaria, y nuestra parroquia de Nuestra Señora de la Merced.
Se hizo con una emotiva celebración eucarística en la que, con el párroco, concelebraron el Provincial de la Orden Mercedaria de Castilla Fr. Justo Linaje Alonso Armiño y Fr. Miguel Ángel Aguado Mesa, O de M.
En el momento del ofertorio, el párroco leyó el documento del Vicario Episcopal, D. Alfonso Lozano Lozano, por el que se daba el visto bueno de la Archidiócesis a la devolución de la corona y cetro que nuestra Virgen titular ha portado durante medio siglo y un mes. Era de justicia devolver y agradecer el préstamo de una de las piezas del inventario de la patrona de Jerez, considerando un honor haberla custodiado durante tantos años.
Pero la generosidad de nuestros hermanos jerezanos no se detuvo en el préstamo realizado. Se llevaron, ciertamente, lo que era suyo en justicia; pero en generosa caridad, hicieron oficial donación de otra preciosa corona y cetro para sustituir a los que habían venido a recoger. Cuatro hermanos de la hermandad de la Merced de Jerez, presentaron en el ofertorio la corona y el cetro nuevos, que fueron bendecidos y se quedaron con nosotros.
Finalmente, como detalle de comunión, quedó la promesa de Fr. Miguel Ángel de que allá, en Jerez, al referirse a esa corona de su Virgen, se referirán en adelante a ella como «la corona de Moratalaz».