Ésta es una llamada al corazón de nuestra Comunidad: ¡Sé parte activa de tu comunidad parroquial! Hoy, más que nunca, nuestra parroquia te invita a servir, no solo en la espiritualidad, sino en la acción tangible y la ayuda desinteresada. Te invitamos ofrecer a los demás el regalo precioso del tiempo, las energías y el compromiso que nos convierten en comunidad.

Las actividades específicamente cristianas que realiza la Iglesia para instaurar y promover el Reino de Dios en nuestro mundo pueden englobarse en tres ámbitos: las que ayudan a conocer y profundizar la Palabra de Dios, las que enriquecen la celebración de los misterios de la fe, y las que se orientan al servicio de los hombres, como expresión del encuentro con Cristo. La Iglesia se asienta sobre esa triple actividad: Anuncio, celebración y servicio. Esa triple actividad expresa muy bien la triple identidad de Cristo -y de cada uno de los cristianos- como Profeta, Sacerdote y Rey.
En nuestra parroquia, pequeña célula de la Iglesia, también encontramos ese triple ámbito:
- -Las actividades que fomentan el anuncio y la profundización de la Palabra, y, por tanto, realizan la labor profética de la Iglesia, se centran fundamentalmente en la catequesis, tanto infantil como de adultos.
- -Las actividades que promueven y enriquecen el encuentro con Dios y la celebración de los sacramentos, y, por tanto, ayudan a ejercer la función sacerdotal de la Iglesia, son la exposición del Santísimo, los coros, los retiros espirituales…
- -Las actividades que desarrollan la vocación de la Iglesia de servicio al mundo y a los hombres, y realizan la dimensión real de la Iglesia, son fundamentalmente caritas y la pastoral de enfermos.
En estos tiempos que corren, donde la vida a menudo parece moverse a la velocidad de la luz y nuestras conexiones pueden ser tan efímeras como un mensaje en una pantalla de móvil, la Parroquia de Nuestra Señora de la Merced sigue trabajando por ser un faro de esperanza y comunidad. En nuestro barrio.
Hoy, más que nunca, nuestra parroquia se hace eco de la llamada a servir desinteresadamente a todos los ámbitos de la persona concreta. Por ello, te invitamos a considerar tu tiempo y tu compromiso como un regalo precioso que cada uno puede ofrecer. Invitamos a todos los cristianos de nuestra parroquia a que se conviertan en voluntarios, que compartan sus talentos, su energía y su tiempo en las diversas actividades de nuestra parroquia.
Si crees que puedes cooperar en la enseñanza, o colaborar en actividades, u ofrecer asistencia a los necesitados, o ayudar en la limpieza y el orden del templo, o simplemente estar presente para quien necesite una palabra amiga… Contamos contigo. Tu contribución es muy importante, no sólo por lo que puedas aportar, sino por contribuir a que seamos una familia, en la que todos colaboramos.
Te animamos a visitar nuestra parroquia, a charlar con el Párroco y colaboradores parroquiales, y descubrir las diferentes maneras de involucrarte. Queremos conocerte, escuchar tu historia y compartir la nuestra, en la construcción de una comunidad más fuerte y unida.
Ser voluntario en Nuestra Señora de la Merced es una experiencia enriquecedora que plenifica humana y cristianamente. Es una oportunidad para:
- -Crecer personal y espiritualmente, al compartir con otros la propia fe y el deseo de mejorar nuestro mundo.
- -Conectar con tu comunidad, fortaleciendo vínculos que van más allá de lo cotidiano y construyendo un entorno de apoyo y cuidado mutuo.
- -Participar en el cambio real de nuestro barrio y parroquia, al ser parte de proyectos y actividades que tienen un impacto directo en la vida de nuestros hermanos.
No dejes que la duda te detenga. Acércate. Pregunta. Participa.
Funciones y tareas básicas

Además de las personas que hacen visibles los diversos servicios y actividades de la parroquia (catequistas, voluntarios de Cáritas, participantes de los coros, etc.), existe diversos voluntarios cuya aportación es vital para el buen funcionamiento de la comunidad parroquial. Sin embargo, como realizan tareas básicas y cotidianas, en muchas ocasiones pasan desapercibidos y su labor no siempre es valorada en su justa medida.
Desde aquí queremos ofrecer un merecido reconocimiento al trabajo callado de quienes atienden la sacristía, velando siempre por la perfecta disposición de todo lo necesario para una celebración religiosa digna, con la limpieza de los vasos sagrados, el lavado y planchado de los ornamentos, la colocación de las flores, los manteles y demás enseres litúrgicos.
Asimismo, es necesario destacar la tarea que realiza el grupo de limpieza, que, de forma silenciosa, lleva a cabo una labor generosa e imprescindible para el decoro del templo.
De igual manera, quienes forman el equipo de mantenimiento ejecutan una misión impagable, reparando los desperfectos inevitables derivados del uso frecuente de las instalaciones.
A ellos se suman quienes realizan los trabajos de jardinería y aquellos que dedican su tiempo a la instalación y correcto funcionamiento de los equipos electrónicos e informáticos, herramientas hoy necesarias para una pastoral actualizada.
En otro ámbito, también debemos resaltar y agradecer el esfuerzo discreto de las personas que trabajan en la gestión económica. Ellos se ocupan de contar e ingresar las colectas, llevar la contabilidad parroquial y hacerse cargo de todo el ámbito financiero con rigor y transparencia.
Resulta también esencial para la vida de la comunidad la dedicación que supone la atención al despacho parroquial, facilitando los trámites imprescindibles para el correcto funcionamiento de todas las labores administrativas inherentes a una parroquia.
En un capítulo aparte, de especial importancia, hemos de recordar a las personas que, con gran generosidad, colaboran económicamente con el sostenimiento de la parroquia. A través de sus donativos directos, de su suscripción mensual bancaria o mediante otras vías, aportan una ayuda es fundamental para el mantenimiento de la parroquia que, en su dimensión de institución material, no podría realizar su función sin estas aportaciones, muchas veces ocultas y realizadas incluso en medio de situaciones personales difíciles.
Finalmente, no podemos olvidar que, ante todo, nuestra parroquia es una realidad espiritual que se sostiene y desarrolla gracias a las oraciones de tantos cristianos de nuestro barrio que desde la intimidad de su hogar, ofrecen sus plegarias a Dios por la comunidad. Esa colaboración, la más oculta de todas, es sin duda la más imprescindible. Y aquí merecen una mención especial aquellos que respaldan sus oraciones con una vida marcada por la enfermedad o la tribulación. La eficacia intercesora de su vida, dolorosamente entregada, además del inmenso valor redentor que posee, supone un pilar insustituible para la vida y misión de la parroquia Nuestra Señora de la Merced.
Desde esta página aprovechamos gustosamente la oportunidad para agradecer a todos estos colaboradores, y a los demás voluntarios, todo el bien que hacen. Una vez más se manifiesta que nuestra comunidad es un misterio de comunión y de mutuo servicio. En este sentido, recordemos que los valores del Reino de los Cielos plantean una lógica inversa a la del mundo: el que más sirve, el que más da, es el más grande. Así nos lo enseñó nuestro Señor, que no vino a ser servido, sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos (cf. Mt 20, 28).